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¿Has estado cuidando tu salud financiera? Si bien muchos han estado tomando medidas para mantenerse físicamente sanos, como ir al gimnasio con regularidad y adoptar una buena dieta, en la mayoría de los hogares se siguen pasando por alto las finanzas. Las tarjetas de crédito llegan al máximo, las deudas se convierten en una buena parte del gasto mensual y se ven otras señales preocupantes en todo Estados Unidos.
La mala noticia es: estar financieramente sano es tan importante como cuidar su cuerpo o su familia. Unas buenas finanzas pueden ayudarle a prepararse para el siguiente paso en la vida, como comprar una casa o realizar una inversión. Pueden quebrarte de la misma manera, al mantener lejos los logros importantes.
Encontrará a continuación diez hábitos que no debe mantener si busca una mejor salud financiera. Sigue leyendo para comprender mejor y comenzar el cambio.
1. Ser víctima de una mala salud financiera
“Simplemente no puedo evitarlo, he estado endeudado durante buena parte de mi vida adulta”. Mucha gente dice frases similares adoptando una postura de víctima de su propia salud financiera. Cualquier psicólogo puede decirte: una vez que alguien decide que una situación es desesperada, no se esforzará tanto como los demás en resolverla.
La deuda es común, al igual que las dificultades financieras. Dado que ocurren en casi todos los hogares, no hay ninguna razón por la que usted sea el único con este problema. Empiece por admitir el problema y luego busque una solución.
Si ha identificado este mal hábito de salud financiera, es muy probable que se identifique con otros elementos de esta lista. ¡Sigue leyendo para entender qué cambiar para escapar de esta trampa!
2. Falta de planificación de la salud financiera
Tal vez sus ingresos sean suficientes para mantener su salud financiera hoy, pero ¿qué pasa en el futuro? En los próximos años sucederán muchos acontecimientos, como que los niños vayan a la universidad, compren una casa, cambien su automóvil o incluso abran su propio negocio.
El mayor error que puede cometer es esperar a que sucedan estas grandes cosas para decidir cómo podrá afrontar todo. Crear un plan para los próximos años le permite saber cuándo ahorrar, cuándo utilizar y cuándo invertir.
Tomemos como ejemplo la jubilación. Una investigación de Rand Corporation descubrió que sólo el 55% de las personas solteras tienen un plan para cuando llegue ese momento. Lo que significa que casi la mitad de las personas solteras no tienen idea (ni ahorros) de cuándo se jubilarán.
3. No priorizar ciertos gastos
Como todo en la vida, el gasto debe tener una cierta jerarquía. Los estudios muestran que gastamos gran parte de nuestro dinero en cosas no esenciales, al menos 18.000 dólares al año. A menudo, esto sucede porque las personas no priorizan los gastos que pueden ayudarles a alcanzar sus objetivos financieros.
El enfoque es imprescindible en el proceso: sepa dónde y cuánto puede gastar en cosas no esenciales (como servicios y comidas fuera de casa) y cuánto ahorrar. Seguramente eso significará muchos compromisos, pero los resultados serán impresionantes.
Empiece por trazar sus principales facturas mensuales, como agua, electricidad, internet y vivienda. Calcule la cantidad sobrante de estos gastos de subsistencia y determine las proporciones para ahorros, seguros médicos y otras inversiones. Lo que queda es la cantidad que puedes usar en artículos no esenciales durante el mes.
4. No realizar un seguimiento de los gastos a lo largo del mes
Su cheque de pago no llegará hasta dentro de semanas y ya se está quedando sin dinero. En estos momentos solemos preguntarnos: ¿a dónde se fue todo? Si sufre con esta pregunta la mayoría de las veces, es una señal de que se está perdiendo en el gasto.
Para empezar, no saber dónde gasta hace que sea más difícil saber dónde es posible recortar. Así mantendrás la idea de la que hablamos en el primer tema: que eres rehén de tu situación financiera.
Un consejo interesante es descargar una aplicación de seguimiento. De esa manera podrás registrar cada compra que realices y consultar informes detallados de tus gastos. Al principio puede parecer aterrador ver que has desperdiciado mucho dinero en comida para llevar, cafeterías o servicios sin sentido. Pero es aleccionador ver que hay muchos lugares en los que puedes ahorrar.
5. Falta de ahorro para la salud financiera
Para que este plan de salud financiera funcione, debes ahorrar. A la larga, ahorrar es la única forma de alcanzar tus sueños. Sabemos que es difícil no dejarse tentar por las ventas, las compras en línea y el gasto con tarjeta de crédito.
Los expertos financieros tienen una sugerencia importante e interesante: empieza a pagarte a ti mismo. Es decir, en cuanto recibas tu sueldo o salario, separa una parte del mismo en una cuenta de ahorro o de inversión. De esa manera, no se sentirá tentado a gastar el dinero que tanto le costó ganar y comenzará a trabajar para alcanzar sus sueños financieros.
Sólo recuerda no hacer trampa: si el plan es de 200 dólares al mes, no encuentres excusa para sacar 50 dólares para comprar pensando que los devolverás más tarde.
6. Sin control sobre el gasto de la tarjeta de crédito
¡Tenga cuidado si ha estado usando tarjetas de crédito casi a diario! Comprar sin control con estas tarjetas puede provocar daños graves a la salud financiera. En primer lugar, te dejan una impresión falsa de cuánto dinero tienes disponible.
De esa manera, cuando llegue el momento de pagar la factura, terminará recurriendo a sus ahorros de emergencia o terminará con una deuda con intereses altos. Mientras siga sucediendo lo mismo una y otra vez, es difícil mantener el control de sus gastos.
¡Tenga su tarjeta de crédito a mano, pero sólo para emergencias!
7. Falta de presupuesto de salud financiera
Las personas que intentan perder peso realizarán un seguimiento de las calorías de muchas maneras para asegurarse de que estén comiendo bien. Mantener un presupuesto es su propia versión del seguimiento de calorías para objetivos de salud financiera. Hacer uno es una simple cuestión de matemáticas: calcula tus gastos y define cuánto puedes gastar más allá de ese mes.
Recuerda fijar un monto para lo que queda de ese dinero para ahorros e inversiones. Pensar en el futuro siempre es importante cuando quieres descubrir la mejor manera de mejorar tus finanzas.
Si es necesario, contrate a un asesor financiero para que le ayude a presupuestar sus deudas e ingresos de una mejor manera.
8. Compra impulsiva la mayor parte del tiempo
El problema de la vida moderna es que puedes comprar en cualquier lugar y en cualquier momento. Podrías haber estado leyendo una revista en línea y aparece un anuncio de excelentes equipos deportivos. Dice ser una venta limitada y usted saca su tarjeta de crédito, adquiere la mercancía y espera. Después de entregar todo, te das cuenta de que no fue una buena idea, ahora la deuda de tu tarjeta de crédito es mayor y probablemente no necesitabas el producto de todos modos.
Es un hecho que las cosas que no planeaste comprar terminan costando más. Después de todo, no es necesario realizar ninguna investigación ni negociar la mejor opción. Simplemente lo compras porque puedes y te apetece. De vez en cuando está bien, pero si sucede con demasiada frecuencia, su equilibrio financiero se verá afectado.
Antes de que te des cuenta, la factura de la tarjeta de crédito de la que hablamos estará casi al límite y no tendrás idea de por qué sucedió.
9. Sobrevalorar el programa de recompensas de las tarjetas de crédito
Muchas tarjetas de crédito utilizan sus beneficios, puntos o programas de recompensas para vender. Convencen a los compradores de que es fantástico comprar con ellos porque más adelante podrás canjear puntos por descuentos y fantásticos premios. Por lo tanto, las personas terminan desperdiciando mucho más de lo que necesitan en una tarjeta para intentar obtener dichos beneficios.
Ese es un gran error para su salud financiera. Las compañías de tarjetas de crédito no son generosas, las recompensas o el reembolso son solo un incentivo para que usted compre más. Una vez que llega el momento de cosechar lo que siembras, la recompensa ni siquiera es tan buena.
Buscar sistemas de puntos solo hará que usted se endeude cada vez más.
10. Comprar por diversión
Es divertido comprar y las investigaciones lo demuestran. Cuando hacemos compras, el centro de recompensa de nuestro cerebro se activa y nos sentimos bien con nosotros mismos, pero ese sentimiento no dura. Si alguna vez te has encontrado en un centro comercial o navegando por una tienda en línea en un día en el que estás particularmente triste, probablemente estabas buscando la felicidad rápida que te traerá comprar.
Lo malo es que esto se convierte rápidamente en un hábito. Mucha gente utiliza las compras para mejorar su estado de ánimo, lo cual es una mala idea si se piensa en las consecuencias a largo plazo.
A veces ni siquiera sabemos que existe un vínculo emocional entre nosotros y las compras. Si te ha costado controlar las compras impulsivas, aquí tienes un consejo: comprueba tu estado emocional antes de empezar a navegar. La tristeza, la ira y el estrés son algunos de los factores más comunes que desencadenan una juerga de compras impulsiva.
Quizás sea una mejor idea utilizar sus ahorros para un terapeuta que pueda ayudarlo a lidiar con esas emociones de una manera saludable. Bueno para tu salud mental y financiera, ¿no es así?
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