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Inversión inmobiliaria con poco dinero

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Aprenda a inversión inmobiliaria con poco dinero.

Mucha gente cree que la inversión inmobiliaria requiere un capital considerable, pero lo cierto es que es posible invertir en inmuebles incluso con una cantidad menor. Hay varias razones por las que invertir en inmuebles puede merecer la pena, entre otras porque puede generar beneficios a medio y largo plazo.

Además, este tipo de  inversión inmobiliaria tiene un bajo nivel de riesgo, incluso ante factores como la inflación. La posibilidad de invertir con poco dinero es el resultado de la variedad de opciones que existen actualmente para aprovechar este activo financiero.

El desarrollo de las modernas tecnologías e Internet también nos ha permitido acceder al mercado inmobiliario a través de interesantes métodos de inversión.

Si estás interesado en saber más sobre la inversión inmobiliaria , pincha en el enlace. A lo largo de este post, te contaremos cómo invertir en inmuebles con poco capital. ¿Estás preparado para los detalles? Lee hasta el final del artículo y descubre todas las oportunidades innovadoras en este campo.

Empezar como inversor: un proceso importante

En la actualidad, existen diversas alternativas para invertir en bienes raíces, las cuales se pueden definir de manera general como la adquisición de propiedades inmobiliarias por parte de inversores.

Estos inversores pueden ser tanto personas individuales como grupos de inversión. El objetivo de esta inversión es obtener rentabilidad financiera a partir de la propiedad adquirida.

Una de las formas más comunes de obtener rentabilidad financiera de una propiedad inmobiliaria es a través del alquiler. Al rentar una propiedad, se generan ingresos pasivos provenientes de los pagos mensuales de los inquilinos. Estos ingresos pueden ser una fuente estable de ganancias a largo plazo.

Además del alquiler, la Inversión inmobiliaria en bienes raíces también implica otros procesos y servicios. Por ejemplo, puede requerir de financiamiento para adquirir la propiedad, ya sea a través de préstamos hipotecarios o mediante la colaboración con otros inversores.

Asimismo, es posible que se necesite asesoría profesional para evaluar la viabilidad de una inversión, analizar el mercado inmobiliario y tomar decisiones estratégicas.

Además de obtener ingresos a través del alquiler, los inversores también pueden buscar obtener beneficios mediante la venta de propiedades.

Esto implica realizar una inversión a corto plazo, adquiriendo una propiedad con el objetivo de venderla a un precio más alto en el futuro, aprovechando el aumento del valor de la inversión inmobiliaria.

5 consejos para empezar como inversor 

Invertir en vivienda y obtener rentabilidad requiere un enfoque informado y seguro. Antes de embarcarte en una inversión inmobiliaria, hay una lista de aspectos a tener en cuenta antes de lanzarse en un proyecto inmobiliario, como los impuestos, las gestiones del antes y del después, los precios de los alquileres, la rentabilidad, el tipo de vivienda, las hipotecas, etc.. 

Aquí tienes cinco consejos fundamentales a la hora de invertir en una propiedad:

Consejo 1: Evaluar la  inversión inmobiliaria

El primer punto es quizás el más relevante de todos, porque sin un estudio previo, no hay compra. 

Define tus objetivos financieros claros y realistas. ¿Estás buscando obtener ingresos regulares a través del alquiler o esperas obtener ganancias a largo plazo mediante la venta de la propiedad?

Otro aspecto importante a la hora de invertir en inmuebles es qué tipo de vivienda se va a comprar. No es lo mismo comprar una vivienda nueva que una de segunda mano, ya que cada una tiene sus ventajas e inconvenientes.

Por ejemplo, una vivienda nueva suele tener un precio más elevado, pero también ofrece más garantías, calidad y eficiencia energética. En cambio, una vivienda de segunda mano suele ser más barata, pero puede requerir reformas, mantenimiento y gastos adicionales.

Además, debemos tener en cuenta el perfil de los posibles inquilinos o compradores, según el objetivo de nuestra inversión. Si queremos alquilar el piso, debemos pensar en las necesidades y preferencias de los arrendatarios, como la ubicación, el tamaño, el equipamiento, etc.

Si queremos vender el piso, debemos considerar las tendencias del mercado, la demanda y la competencia, para fijar un precio atractivo y rentable.

Y finalmente, antes de comprar un piso, debemos calcular la rentabilidad que podemos obtener con nuestra inversión. La rentabilidad es el porcentaje de beneficio que obtenemos al alquilar o vender el piso, en relación al precio que hemos pagado por él.

Para calcular la rentabilidad de las inversión inmobiliaria, debemos tener en cuenta todos los ingresos y gastos que genera el piso, como el alquiler, los impuestos, la comunidad, el seguro, etc.

La hipoteca es otro de los puntos clave para invertir en vivienda. Y la hora de invertir en vivienda, es importante elegir el tipo de hipoteca que mejor se adapte a tus necesidades. 

Existen tres tipos principales de hipotecas para las inversión inmobiliaria :

  • Hipotecas de cuota variable: Estas hipotecas tienen una cuota que varía en función del tipo de interés aplicado, generalmente referenciado al euríbor. 
  • Hipotecas de cuota fija: En este tipo de hipotecas, la cuota se mantiene constante a lo largo de todo el período de la hipoteca, independientemente de las fluctuaciones en los tipos de interés. 
  • Hipotecas mixtas: Estas hipotecas combinan características de las hipotecas de cuota variable y de cuota fija. Por lo general, tienen un período inicial con una cuota fija y luego se convierten en una hipoteca de cuota variable. 

Consejo 2: Revisar la fiscalidad

La inversión inmobiliaria es una opción atractiva para muchos, pero requiere de un análisis cuidadoso de la fiscalidad que implica. Antes de comprar una vivienda para alquilarla o venderla, es importante conocer los distintos impuestos que se aplican, así como los gastos asociados a la operación.

Estos pueden variar según el tipo de vivienda, la Comunidad Autónoma y el momento de la compra.

Si se trata de una vivienda nueva, el comprador debe abonar el IVA, que depende del tipo de construcción: los locales comerciales pagan un 21%, las viviendas de obra nueva un 10% y las de protección oficial un 4%. El IVA también se aplica a los garajes y anexos, hasta un máximo de dos plazas.

Además, se debe pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), que oscila entre el 0,5 y el 1,5 % de la venta, según la Comunidad Autónoma.

Si se trata de una vivienda de segunda mano, el comprador no paga el IVA, pero sí el Impuesto de Transmisiones (ITP), que va del 6 al 11 % de la venta, según la Comunidad Autónoma. También se debe pagar el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD), que es el mismo que para la vivienda nueva.

Además de los impuestos, el comprador debe asumir los gastos de compra-venta y del notario, que pueden suponer un porcentaje significativo del precio de la vivienda.

Por otro lado, el comprador debe tener en cuenta los gastos derivados de la propiedad y el uso de la vivienda, como el pago mensual de la comunidad, el IBI (Impuesto Bienes Inmuebles), el mantenimiento del ascensor, los impuestos de la basura y el tratamiento de aguas y otros gastos que puedan surgir.

Consejo 3: Cómo invertir en vivienda nueva o a reformar con éxito

Invertir en vivienda es una de las opciones más rentables y seguras que existen, siempre y cuando se haga con criterio y planificación. Antes de lanzarse a investir en una  inversión inmobiliaria, hay que tener en cuenta una serie de factores que pueden determinar el éxito o el fracaso de nuestra inversión.

Lo primero que hay que hacer es evaluar nuestra capacidad financiera y el presupuesto que tenemos disponible para invertir. Hay que tener en cuenta los gastos derivados de la compra, como los impuestos, las tasas, los honorarios y los intereses.

También hay que considerar los gastos de mantenimiento, gestión y posibles imprevistos que puedan surgir.

Lo segundo que hay que hacer es elegir el tipo de vivienda que más nos conviene según nuestros objetivos y preferencias. Hay dos opciones principales: vivienda nueva o vivienda a reformar. Cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y hay que analizarlas con detenimiento.

La vivienda nueva suele tener un precio más alto, pero también ofrece más garantías, calidad y comodidad. Además, suele estar ubicada en zonas con mayor demanda y proyección de futuro. La vivienda nueva es una buena opción si buscamos una inversión a largo plazo, con una rentabilidad moderada pero estable.

La vivienda a reformar suele tener un precio más bajo, pero también implica más riesgos, complicaciones y trabajo. Sin embargo, también ofrece más posibilidades de personalización, mejora y revalorización.

La vivienda a reformar es una buena opción si buscamos una inversión a corto o medio plazo, con una rentabilidad alta pero variable.

En ambos casos de inversión inmobiliaria, hay que dar prioridad a la zona donde se ubica el inmueble, ya que es el factor que más influye en el valor y la rentabilidad del mismo. Elija zonas con buenas comunicaciones, servicios, seguridad y demanda. Evite las zonas con problemas sociales, medioambientales o legales.

Consejo 4: La importancia de la ubicación y los servicios para las inversión inmobiliaria

La ubicación y los servicios son dos aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta a la hora de invertir en vivienda, ya que pueden determinar el éxito o el fracaso de nuestra operación.

No basta con elegir una vivienda que nos guste y que se adapte a nuestro presupuesto, sino que también hay que analizar el entorno y las prestaciones que ofrece.

La ubicación es el factor que más influye en el valor de la inversión inmobiliaria, tanto en el momento de la compra como en el de la venta o el alquiler.

Una buena ubicación implica que la vivienda se encuentre en una zona con buena comunicación, seguridad, demanda y proyección de futuro. Una mala ubicación implica que la vivienda se encuentre en una zona con problemas sociales, ambientales, legales o de acceso.

Los servicios son el factor que más influye en la calidad de vida de los habitantes de la vivienda, así como en su atractivo para los posibles clientes.

Unos buenos servicios implican que la vivienda cuente con una oferta variada y cercana de centros educativos, sanitarios, comerciales, deportivos y de ocio. Unos malos servicios implican que la vivienda carezca de estas facilidades o que estén lejos o en mal estado.

Consejo 5: Busca asesoramiento

Un experto en inversión inmobiliaria te puede orientar sobre los aspectos clave que debes tener en cuenta a la hora de comprar una vivienda para alquilar o vender, como el precio, la ubicación, el estado, la demanda, la rentabilidad, la fiscalidad, etc.

Además, te puede ayudar a encontrar las mejores oportunidades del mercado, a negociar las condiciones de la compra, a gestionar los trámites legales y a optimizar tu inversión.

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