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La teoría del gasto creciente consiste en creer que ganar más ayuda a ahorrar dinero. Muchas personas creen que la solución a sus problemas pasa por tener más dinero.
Tener más dinero no le hará gestionar mejor su salud financiera, y este error se comete a menudo.
Por eso hemos preparado este artículo para que no caigas en esta trampa que te impide alcanzar el éxito financiero a largo plazo. ¡Échale un vistazo a continuación!
¿Qué es teoría del gasto creciente?
Una de las excusas más comunes que dan las personas a las que les cuesta ahorrar es la necesidad de ganar un sueldo mayor, recibir un premio de lotería o una herencia.
En realidad, su deseo persistente es conseguir una cantidad mensual más elevada para disfrutar de mayores comodidades. La idea es que un aumento de los ingresos resolvería esta cuestión.
Sin embargo, este pensamiento no es correcto, la teoría del gasto creciente es una trampa disfrazada que transmite una falsa sensación de mejora del estilo de vida.
Hay un error en esta mentalidad: creer que más dinero se traducirá automáticamente en una mejor gestión de las finanzas personales.
Es habitual que se creen nuevas necesidades a medida que aumenta la capacidad de gasto; al fin y al cabo, siempre hay algo que llama la atención.
Siguiendo la teoría del gasto creciente,la idea es que cuanto más ganamos, más tendemos a gastar. Esto se debe a que nuestro estilo de vida suele ajustarse en proporción a nuestra mayor capacidad financiera.
Esto se debe al funcionamiento del cerebro humano, acostumbrado a recibir recompensas a medida que aumenta el esfuerzo.
Es normal que el estilo de vida de una persona cambie a medida que aumentan sus ingresos, al fin y al cabo, trabajamos para disfrutar de una buena vida.
Sin embargo, es necesario controlar estos gastos para no poner en peligro la capacidad de ahorro para alcanzar los objetivos financieros.
¿Cómo evitar caer en esta trampa?
Evite caer en la teoría del gasto creciente, es crucial para mantener la estabilidad financiera y alcanzar los objetivos de ahorro a largo plazo.
Controlar el gasto puede parecer difícil en un mundo en el que se fomenta el consumo, pero con estrategias y prácticas conscientes es posible mantener los gastos bajo control.
Comprender sus ingresos y gastos ayuda a identificar las áreas en las que se puede ahorrar, y establecer límites claros para cada categoría de gasto, como alimentación, vivienda, ocio y otros, es fundamental para mantener el equilibrio financiero.
Otro factor importante para evitar la teoría del gasto creciente, es resistir las tentaciones del gasto impulsivo. Antes de hacer una compra importante, piensa si es realmente necesaria y si se ajusta al presupuesto que se ha fijado.
Adoptar el hábito de esperar un periodo de reflexión antes de hacer compras caras puede ayudar a evitar gastos innecesarios.
Fijarse objetivos financieros y crear un plan para alcanzarlos puede mantenerse centrado y evitar gastar más de la cuenta. Visualizar objetivos como comprar una casa, viajar o jubilarse cómodamente permite priorizar los gastos en consecuencia.
Controlar las finanzas personales también incluye revisar periódicamente el presupuesto. La vida cambia constantemente y el presupuesto debe reflejar esos cambios. Revisar periódicamente los gastos y ajustar el presupuesto cuando sea necesario es una práctica inteligente para evitar sorpresas desagradables.
Además, cultivar hábitos de ahorro puede ser una herramienta poderosa. Utilizar cupones, buscar promociones y comparar precios antes de hacer las compras son estrategias sencillas pero eficaces para reducir el gasto y evitar la teoría del gasto creciente.
Con un presupuesto bien estructurado, el control emocional sobre las tentaciones consumistas y la atención puesta en los objetivos a largo plazo, es posible mantener un equilibrio saludable entre el gasto y el ahorro, garantizando la estabilidad financiera y la realización de los objetivos futuros.
Hay comportamientos que incorporar a la gestión financiera personal para evitar caer en esta trampa:
Ahorro previo
En este proceso retirará una parte de su sueldo antes de pagar las facturas en función de la cantidad prevista y la dirigirá a una cuenta separada.
Se recomienda destinar a esta cuenta entre el 5% y el 10% del sueldo. La ventaja de este método es que si no tiene el dinero a mano, tiene que hacer un mayor esfuerzo para gastarlo, por lo que no puede hacerlo por impulso.
Crear una cuenta de ahorro
Ahorrar con regularidad, aunque sea una pequeña cantidad, puede reportar importantes beneficios a largo plazo.
Una cuenta de ahorros sólida actúa como colchón financiero, proporcionando tranquilidad en momentos imprevistos, como emergencias médicas o pérdida del empleo.
Además, acumular ahorros a lo largo del tiempo puede permitir hacer realidad sueños, como comprar una casa, hacer el viaje deseado o tener una jubilación cómoda.
De este modo, el ahorro no sólo garantiza la estabilidad financiera, sino que también ofrece libertad y oportunidades para hacer realidad aspiraciones y objetivos futuros.
Evalúa tus gastos
Divídelos en tres categorías: Fijos, que son los importes mensuales de alquiler, electricidad y energía. Variables y necesidades, que están sujetos a acciones externas y el importe mensual puede variar, como los supermercados; y gastos discrecionales, que se destinan a gastos de ocio no habituales.
Al dividir las cosas de esta manera, si necesitas recortar algún gasto, sabrás dónde está y no caerás en la trampa de la teoría del gasto creciente.
Controlar los gastos
A partir de un presupuesto sólido, es esencial conocer las fuentes de ingresos y los gastos habituales. Y registrar todos los gastos, desde los más grandes a los más pequeños, ayuda a identificar las áreas en las que se puede ahorrar.
Además, es fundamental priorizar las necesidades sobre los deseos. Para ello, evaluar la importancia real de cada compra puede evitar gastos impulsivos e innecesarios.
Empiece por fijar límites a cada categoría de gasto, como alimentación, vivienda, transporte y ocio, para facilitar la gestión financiera diaria.
Buscar descuentos, promociones y opciones más baratas puede suponer un ahorro considerable a largo plazo.
Es una práctica inteligente adaptar el presupuesto a medida que surjan nuevos gastos o cambien los ingresos. Sin caer en la teoría del gasto creciente.
Consumo consciente y equilibrado
Se trata de tomar decisiones informadas y responsables a la hora de comprar productos o servicios, teniendo en cuenta su impacto social, medioambiental y financiero. Para evitar la teoría del gasto creciente.
Cuando se practica el consumo consciente, es esencial considerar la necesidad real de lo que se compra. Preguntas como “¿realmente lo necesito?” o “¿qué impacto tiene en la comunidad y el medio ambiente?” ayudan a valorar si una compra está justificada.
Dar prioridad a productos duraderos y de calidad que tengan un menor impacto medioambiental y social contribuye a un consumo más responsable.
Además, un consumo equilibrado implica no ceder a impulsos de compra innecesarios y, por tanto, mantenerse bien alejado de la teoría del gasto creciente.
Reevaluar los objetivos financieros
Este proceso promueve una gestión más eficaz de las finanzas personales, adaptándose a nuevos retos u oportunidades. La reevaluación constante garantiza que las metas sean realistas y estén alineadas con los objetivos a largo plazo, fomentando mejores elecciones financieras.
Conclusión
La teoría del gasto creciente sugiere que el gasto aumenta proporcionalmente con los ingresos adicionales, lo que subraya la necesidad de cautela y conciencia en la gestión financiera.
Aunque existe una tendencia natural a elevar el nivel de vida a medida que aumenta la capacidad financiera, es crucial darse cuenta de que el control consciente del gasto es fundamental para la estabilidad económica.
El deseo de un estilo de vida más confortable con disciplina financiera es esencial para evitar las trampas del endeudamiento y el gasto excesivo.
Por ello, la reflexión y la puesta en marcha de estrategias que prioricen la planificación financiera y la moderación en el gasto son esenciales para lograr una gestión sana y sostenible en el tiempo.
Vale la pena recordar que puedes aumentar la calidad de tu vida añadiendo dinero cada mes, pero recuerda siempre no pasarte de la raya para poder ahorrar para objetivos futuros y evitar las trampas del endeudamiento y la teoría del gasto creciente.