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6 pasos sobre cómo construir tu cartera de renta variable

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Invertir es un viaje que requiere conocimientos, comprensión de las finanzas personales y una cuidadosa planificación para cartera de renta variable.

Antes de destinar sus ahorros a cualquier tipo de inversión, es esencial seguir algunos pasos fundamentales para aumentar sus posibilidades de éxito y minimizar los riesgos que conlleva en su  cartera de renta variable.

Conozca los 6 pasos esenciales que debe dominar antes de iniciar su viaje como inversor para obtener una cartera de renta variable.

¿Qué es la cartera de renta variable?

Una cartera de renta variable está formada por valores, principalmente acciones ordinarias, propiedad de un inversor o grupo de inversores. cartera de renta variable busca la rentabilidad a través de los dividendos y plusvalías que pagan las empresas emisoras.

En principio, una cartera de renta variable está diseñada para mantenerse a largo plazo, aunque puede tener una elevada rotación de valores, aprovechando los ciclos de mercado y las épocas de altibajos. 

Para evaluar el rendimiento de esta cartera de renta variable, es importante medir la media anual durante un número mínimo de años, ya que los movimientos bursátiles afectan a la valoración relativa de las acciones a lo largo del tiempo.

Tipos de activos de renta variable

La variedad que se puede encontrar en los mercados financieros es impresionante, pero todos tienen tres elementos en común:

  • Rentabilidad: Se refiere al interés o rendimiento que puede generar un activo. Cuanto mayor sea la rentabilidad, mayor será el potencial de ganancia.
  • Riesgo: Probabilidad de que el emisor del activo no cumpla sus compromisos. Generalmente, los activos de mayor riesgo ofrecen rendimientos más elevados, mientras que los de menor riesgo suelen tener rendimientos más moderados.
  • Liquidez: Representa la facilidad con la que un activo puede convertirse en efectivo. Los activos líquidos son aquellos que pueden comprarse o venderse rápidamente, sin pérdida significativa de valor. En cambio, los activos menos líquidos pueden requerir más tiempo o esfuerzo para convertirse en efectivo.

6 pasos sobre cómo construir tu cartera de renta variable

Aprenda a construir una cartera de renta variable sólida con estos 6 pasos fundamentales antes de invertir sus ahorros. 

1- Diversificar a carteira 

La diversificación es el aspecto más importante para construir una cartera de renta variable equilibrada. Al diversificar, reducimos la variación de los precios y el riesgo global de la cartera. 

Se trata de distribuir las inversiones en diferentes mercados y plazos para mitigar las fluctuaciones de la rentabilidad total de la cartera de renta variable.

El departamento de Análisis de Bankinter recomienda los límites máximos de activos financieros que se pueden invertir en bolsa, en función de los perfiles actuales. 

Estas recomendaciones ayudan a orientar la asignación de activos y garantizan una cartera más equilibrada. La diversificación es fundamental para minimizar riesgos y buscar mejores resultados para su cartera de renta variable.

2. Defina sus objetivos

Definir los objetivos financieros es esencial para orientar nuestras decisiones de inversión y alcanzar el éxito financiero. A la hora de fijar objetivos, debemos tener en cuenta algunas cuestiones importantes.

En primer lugar, debemos identificar lo que queremos conseguir con nuestras inversiones. 

Los objetivos pueden variar mucho en función de las necesidades y aspiraciones individuales. Podemos aspirar a comprar una casa, educar a nuestros hijos, crear un fondo de emergencia, viajar o acumular activos para la jubilación. Es importante definir estos objetivos de forma clara y específica.

Además, es esencial fijar un objetivo de rentabilidad. Debemos plantearnos qué porcentaje de rentabilidad esperamos obtener sobre los activos invertidos. 

Este objetivo puede expresarse como un porcentaje concreto o como una horquilla de rentabilidad que consideremos satisfactoria. Tener un objetivo de rentabilidad nos ayuda a evaluar la idoneidad de las inversiones en relación con el potencial de rendimiento esperado.

3. ¿Cuánto tiempo quiere invertir?

El horizonte temporal es un criterio importante a la hora de construir una cartera de renta variable. Cuando se trata de inversiones a largo plazo, puede minimizar el riesgo y aprovechar las oportunidades de crecimiento. 

El medio plazo suele considerarse entre 18 meses y 5 años, mientras que el largo plazo es a partir de ese periodo. Teniendo en cuenta el horizonte temporal, puede seleccionar activos y estrategias que se ajusten a sus objetivos de inversión a largo plazo, como la jubilación, la educación de los hijos o la compra de una propiedad. 

Es esencial tener en cuenta que el horizonte temporal influye en las opciones de inversión y en la tolerancia al riesgo. 

4. Fiscalidad y comisiones

Además de buscar una cartera de renta variable equilibrada, es importante tener en cuenta la fiscalidad y las comisiones asociadas a cada producto, así como elegir cuidadosamente la entidad financiera encargada de gestionar sus inversiones. La cartera de renta variable no es estática y debe actualizarse periódicamente, teniendo en cuenta el horizonte de inversión.

Cuando se trata de autogestionar activos, los inversores deben ser conscientes de las comisiones que se cobran por la custodia de las acciones, el mantenimiento de los fondos o las operaciones en los mercados financieros. 

Por este motivo, es fundamental elegir el intermediario financiero adecuado. Además de las comisiones, otro factor importante a tener en cuenta es el asesoramiento que necesita el inversor y la diversidad de productos en los que pretende invertir. 

Algunas entidades tienen una oferta limitada de productos de renta fija, lo que restringe las opciones y puede aumentar el tiempo de gestión necesario.

Tampoco hay que olvidar la fiscalidad. La última reforma del IRPF niveló la fiscalidad de todos los productos de ahorro, que actualmente tributan a un tipo del 18%. Sin embargo, esto no significa que cada instrumento de inversión no tenga sus propias características y ventajas específicas. 

5. Invertir en bolsa

La inversión en bolsa es la más rentable a largo plazo, pero también la más peligrosa para todos los activos, por lo que merece especial atención. El porcentaje dedicado exclusivamente a la Bolsa en forma de compraventa directa de acciones no debe ser excesivo (un 5% del total como mucho, para perfiles moderados). 

El problema es que es el sector más propenso a que los ahorradores cometan errores, se aparten de la disciplina inversora y acaben perdiendo parte de su dinero.

6. Construir una estrategia de inversión sólida

Distribuir los riesgos entre los distintos pilares es parte esencial de una estrategia sólida. Este enfoque, a menudo denominado redundancia, implica crear demasiada cobertura para garantizar una protección adecuada. 

Aunque la eficiencia y la minimización del solapamiento son objetivos perseguidos por los optimizadores, la duplicación de la cobertura puede permitirse como parte de una estrategia sólida.

Un ejemplo de tal duplicación puede verse en Deutsche Börse, que opera tres centros de datos independientes para su sistema de negociación de ETF. Esta medida garantiza que los ETF puedan negociarse en cualquier momento, incluso si falla uno de los centros de datos. Este planteamiento refuerza la cobertura y resistencia del sistema.

Del mismo modo, a la hora de construir una cartera de renta variable, es importante tener en cuenta la complementariedad de los activos. Por ejemplo, si posees una propiedad en buen estado que utilizas para ti mismo, puede ser un complemento valioso para un componente de cobertura como los bonos o el oro. 

Con esta combinación de activos puede proporcionar protección adicional en distintos escenarios económicos.

Estrategias de inversión en una cartera exitosa 

A la hora de invertir, es esencial prestar atención a los costes asociados a sus operaciones financieras. Independientemente de si opta por comprar y vender acciones en bolsa u operar con fondos de inversión, necesita contratar a un intermediario financiero. 

Es importante elegir una entidad fiable que se adapte a sus necesidades, pero también es crucial conocer las comisiones y gastos que le cobran, ya que pueden reducir la rentabilidad esperada de sus inversiones.

Antes de realizar cualquier operación, solicite el folleto de tarifas del intermediario financiero y compruebe las comisiones que conllevan las operaciones que piensa realizar con más frecuencia. Esto incluye las comisiones por compra y venta de activos, así como las comisiones de traspaso si decide cambiar de entidad financiera.

Al analizar los gastos, tenga en cuenta tanto las comisiones cobradas directamente por el intermediario financiero como los costes relacionados con los impuestos y otras tasas aplicables. Estos gastos pueden influir significativamente en la rentabilidad neta de sus inversiones a lo largo del tiempo.

Por lo tanto, a la hora de invertir, sea consciente de las comisiones y gastos que conllevan, tratando de minimizarlos siempre que sea posible para preservar y optimizar la rentabilidad de sus inversiones financieras.

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